Sherezada se quedó dormida

hoy es el mañana de ayer y yo ayer no ansiaba tantos mañanas
pero aquí estoy, harto de cosas insensatas y juegos de palabras
superviviente sin andes, accidente de las estadísticas, mal combinación de estrellas
enrique de navarra en la corte de carlos IX lamiendo un libro de cetrería
soy el rebote bajo el tablero de ajedrez en la cancha de basquetbol
ni siquiera sé jugar damas y las damas no se sabe ya quiénes son
primero vinieron por el arcoiris, pero no fue suficiete y ahora quieren el abecedario
tras salir del puerto de las causas justas no sé cómo pero el barco siempre encalla en el caos
de injusticia, tiranía e intolerancia
libertad o guillotina recitaban marat y robespierre
el pez por su boca muere, mientras yo sigo suplicando en mi propia lengua
la geometría era un intento vano y futil de entender el orden
¿qué pasa cuando se descubre que el orden es solo un sueño apellidado utopía?
¿con quién quejarse? ¿ante quién suplicar? ¿quién hace valer la garantía?
los cagones de arriba siempre tirarán su carga a los de abajo
y nadie deja el poder salvo por la muerte o por la fuerza
es la misma película de siempre medioevo de las cavernas en pixeles cuánticos
cuéntame otro cuento caperucita, que sherezada se quedó dormida
las mil y una noches no hacen una si las juntas y recuentas con el ábaco chino.

Fix:Sultan from arabian nights.jpg - Vicipedia

Batallas y guerras

Se dice, y creo que con razón excesiva, que nunca podrás ganarle la guerra a la botella.

Cuando te sientes más poderoso que el alcohol, el alcohol te humillará de la manera más vergonzosa que puedas (porque tú serás el responsable y el que pagará las cuentas de la osadía, a media noche o al mediodía).

Pero no sólo el alcohol es un enemigo imbatible.

Están también la rutina, el cáncer y el tiempo.

Quizás me dirás que conoces personas rehabilitadas de su vicio etílico.

Va, te lo concedo, igual es un enemigo colosal, pero se le puede ganar, aunque siempre bajo la sombra de la recaída. Una vez alcohólico, siempre alcohólico, aunque sobrio.

Quizás me dirás que pasa lo mismo con la rutina y con el cáncer.

Yo diré que ya te estás comportando como Lot queriendo escamotearle víctimas a Dios.

Yo no soy Dios, pero puedo aceptar que haya quienes con trabajos le ganan a la rutina. Pero deben ser muy pocos. ¿Qué hay de los muchos que hace 10 o 20 años escribían en un blog y tenían algo que decir? ¿Donde están las voces de los que juraban no renunciar a sus sueños y despreciaban las necesidades inculcadas? No todos han muerto (oficialmente), siguen por allí andando como Johnnie Walker sin garbo. Damnificados de la rutina.

Pero, bien, concedo que algunos habrán aprendido a sobrellevar sus mensajes con el día a día y a rodar como piedras octagenarias por los escenarios del morbo. A pesar de todo.

También creo que quizás uno de cada mil millones de enfermos de cáncer reciba una pausa de ese mal cangrejo del carajo. Como Pirro ganándole a los romanos o Erwin Rommel en la Segunda Guerra Mundial. Esos «guerreros» podrán ganar importantes batallas, pero la guerra será al final una derrota estrepitosa.

Ahora, con respecto al tiempo, paje cortés que sirve fielmente a la muerte cuando ésta se decide a ser paciente, no te puedo conceder nada. Del tiempo nadie se salva. Allí nadie sale victorioso, ni Pirro, por más que lo intente.

Verás quizás a personas con 80 años de edad que dominan sus esfínteres y que caminan aún en dos patas, pero eso es un engaño. Esos «afortunados» seres (entrecomillados, remarco) en apariencia, están siendo carcomidos en alguna parte de su organismo, por las células muertas que tampoco regresan del más allá, zombies que van por la vereda tropical, con un elevado porcentaje de deceso en el cuerpo.

Todo se va desgastando. Todo se va acabando. El tiempo reclama paciente su victoria.

Y no quiero decir que estas derrotas de las que hoy hablo estén mal o que sean malas. Simplemente son. Así es la naturaleza, así es la vida.

Aceptemos que cada día es un milagro, y arrebatémosle el botín que podamos.

Sigamos nuestro camino, sin mirar atrás, no vayamos a quedar como estatuas de sal.

Ecos de María Antonieta

Que coman pasteles, que me dejen en paz
disfrutemos el momento, olvidemos pensar
si es que alguna vez lo hicimos medianamente bien
que el pez por su boca muere, por eso mejor ni hablar
hazme reír de nuevo, babá, o déjame en paz

En el Trianón que te di con amor
diversión, noche y día, mientras me olvidabas con mis tías
sospecho que no tienes corazón
porque el cariño que entregas es como las mareas

Que coman pasteles y me dejen en paz
¿acaso no saben divertirse y dejar de pasarlo mal?
La vida es muy corta y sólo se vive una vez
quien se la piensa demasiado no da el primer paso
y preocuparse de la cerda con sus perros está de más

Cumplí tu caprichos, soy tu cachorro
me siento un cacharro que se deja de lado
¿Por qué eres así, cuando te lo doy todo?
Si hubiera justicia en la vida, recibiría más que una sonrisa

Que comas pasteles y me dejes en paz
hablé contigo ya media hora, no me pidas más
merecer todo es el objetivo de mi destino
largo de aquí, me haces sentir mal
es como si perdiéramos la cabeza

guillotina[1]

Bananadrama split

Más tardé en abordarte que lo que tardaste en tirarme por la borda.

Soy el soldado que el día de su graduación fue sepultado en el panteón.

Quizás pasé por debajo de muchas escaleras sin que me diera cuenta,

Y por ello conocerte fue la bendición maldita que en mí habita.

Más tardó el flashazo con el que caí ante ti, que lo que te llevó olvidarme.

No terminaba de anotar tu número, cuando ya era yo un hueco en tu memoria.

Siempre he sido un saldo en contra para la contabilidad de tus intereses.

Soy el retrato donde el ridículo y lo absurdo son hermanos siameses.

Me está tomando superarte más de lo que tarda en enfriarse el sol.

Vivo mil y una noches sin cuentos, insomnios formando en hilera los granos de arena.

Si comparo el pasado que estuviste conmigo con mi tiempo sin ti,

La equivalencia es uno a trescientos 42 elevado al universo sin fin.

the_lost_weekend

Necio del tiempo

Yo que dudo del pasado,
ese engaño de la memoria,
y que no creo en el futuro,
supervivencia de la esperanza,
valoro lo que viví contigo y
desearía revivirlo mañana,
pero tu ausencia permanente
es mi presente constante.

Procuro dejar pasar el tiempo
como se deja ir libre al viento,
pero sigo encadenado a tu recuerdo.
No soy de los que sacan fotos
tratando de revivir lo que ya no es,
sin embargo me sorprendo
deseando tu regreso, de nuevo.

Hay trucos que no funcionan
un buitre se asoma de la chistera
mientras se me consume la vida
convencido de que no coincidiremos más.
Y me sigo engañando en lo que no será
a pesar de la abrumadora evidencia
Termino siendo un necio del tiempo. Hasta el final.

Rock of age(d)

El rock está anciano
La rebeldía juvenil llegó a su invierno
Poco a poco sus soldados van muriendo
Y los que sobreviven tratan de demostrar
que la juventud es un estado mental
(el resto del mundo dice «demencial»).

El rock perdió la guerra
Contra el tiempo todos sufrimos derrotas
La juventud volvió a perder su soberbia
y a las generaciones actuales les pasará lo mismo
Decadencia podrida
como antesala del olvido.

«Soy tu Venus, soy tu fuego»
Decían a go-gó pensando vivir por siempre.
En esta dimensión los años marchan sin descanso
Todo rey acaba su reinado y le sigue el azar
Lo único constante es el cambio
Y lo único seguro es la muerte.

Mejor suerte en el más allá…

Las redes sociales son como…

Renuncié a mis redes sociales.
¡Malditas redes nefastas y nocivas!
Te joden la existencia
y aniquilan tu empatía

Las redes sociales son como…
La bufanda roja de Isadora Duncan
El café puro que tanto gustó a Balzac
Las malas compañías para Marilyn Monroe
La curiosidad para la mujer de Lot
El autofuneral vivido para Carlos Quinto
El Porsche bastardo para James Dean
El agua fría y canapés para Rasputín
El póker a espaldas de la puerta para Wild Bill Hickok
La curiosidad amatoria de Michael Hutchence
La ingratitud con la mafia para los Kennedy brothers
El romance profundo entre Janis Joplin y Jack Daniels
La barra de chocolate para Scott Fitzgerald
La curiosidad amatoria de Michael Hutchence
La pequeña diferencia entre el Señor y Moisés
Los negocios «entre amigos» para «Jeff» Epstein
Las ansias de novia para el ser de Frankenstein
La guillotina erguida para María Antonieta
La kriptonita para Superman y su tía
La vida para la totalidad de los mortales
Por eso no uso ya más las redes sociales.
Y no usaré esa mierda de Threads (que debería llamar threats*)
He dicho.

*amenazas

undefined