Bienvenido a la Nada

Hermosos fracasos - Mobtomas

«Bienvenido a la nada», le dijo el agradable anciano de túnica blanca, beatíficas facciones y llaves en el cinto, quien abrió la gran puerta dorada, ubicada en medio de la intensidad vacía de color negro perpetuo.

«Gracias, ¿pero dónde estoy?», preguntó el recién llegado, algo atolondrado y gelatinosamente temblando, tratando de recuperar sus recuerdos más recientes.

«En la Nada», le dijo el viejo de bonachona estampa, cerrando la gran puerta con una de sus muchas llaves.

«Pero no entiendo», dijo el extraño, «lo último que recuerdo es ir rumbo a la sala de operaciones en una camilla y sintiendo cómo la anestesia surtía efecto…»

Y se interrumpió. Empezó a atar cabos. La operación, según le habían dicho, era complicada, pocas probabilidades de éxito, pero necesaria. El seguro no cubría nada, y su familia naufragaría en las deudas después de eso. Sin embargo, era necesaria para que él pudiera vivir más…

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Muriendo

Hermosos fracasos - Mobtomas

Arrojando la lata de veneno para ratas y el bote de coca cola, pensó que ninguno de los dos era la solución, o el medio, para llevar a cabo el objetivo final de sus tendencias suicidas. Tampoco lo eran arrojarse al océano ni a la autopista, ni acostarse en las vías del tren. Estaba convencido de que sólo necesitaba estar enamorado. Cosa de dos segundos tras verla y de un año de tratarla para tener la certeza de que ella era la forma en que se suicidaría. Flores, promesas, peleas y reconciliaciones. Luchas de poder y alegrías. Cada día apresuraba su muerte y ni cuenta se dio del momento en que murió. Siguió respirando, siguió siendo visto por todos, pero ya estaba muerto. Hasta que casi no había flores, ni promesas ni reconciliaciones. Había ganado la indiferencia. Compromisos, sonrisas tatuadas en sus rostros, hijos. Él seguía muerto. Ella también lo…

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Ojalá Dios exista

Hermosos fracasos - Mobtomas

Ojalá Dios exista, para que tantas plegarias no hayan sido en vano. Para que en realidad haya justicia y lo conozcan quienes falsamente lo predican.
Ojalá Dios exista para que paguen cuentas las almas que tanto deben, para que tus esperanzas estén fundadas en terreno sólido, para que esta vida sea más que una mala broma.
Ojalá Dios exista para que vivan por siempre las canciones y las maravillas; para que se acaben todas las «Iglesias» y deje de haber verdades a medias.
Ojalá Dios exista, pero que no sea un viejito de blancos cabellos y severa mirada, que su grandeza no sea imagen y semejanza de nuestra pequeñez. Que en verdad valore el amor y que no se alimente del sacrificio y dolor de sus hijos.
Ojalá Dios exista para que en las catedrales haya algo de verdad y que no sean sólo monumentos a un gran fracaso. Para…

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Un viejo obsequio

En un momento en que el sueño casi doblegaba mi mente, tras dormir muchas horas con el Xanax del videojuego, tomé al azar un libro, que resultó la obra imposible (para mí) de Raymond Chandler. Imposible porque que tras varios intentos renuncié a él; es de esos libros, como el Quijote, como el Bleak House y como otras grandes obras, para los que estoy totalmente negado.

Abriendo sus hojas encontré un separador, justo en las páginas de Spanish blood. Un marcador de piel con el dibujo de un ave multicolor, de predominantes tonos azul cielo del desierto, de trazos folclóricos nativos de una América perdida. Ese separador fue un regalo, lo recuerdo bien, lo que he olvidado es de quién. Es una tira de cuero decorada que sé que me regaló una mujer, seguramente cuando fuimos muy amigos, pero no logro acordarme de cuál amiga (y jamás he tenido tantas) ni en qué momento de mi histérica historia sucedió.

El obsequio no se me dio antes de 2007, porque ese libro seguro que lo compré en Miami. Deduzco que esa persona, conociendo mi afición a la lectura me regaló dicho separador, quizá porque me recordó en algún instante, igual en algún viaje, y quiso a la vez ser recordada cada vez que yo leyera un libro.

Han pasado muchos años, hoy ese libro imposible fue abierto de nuevo, y allí estaba el marcador del ave azul, ese separador obsequiado por alguien que se separo de mí, o yo de ella, y que es ahora una habitante feliz de mi olvido, como yo seguramnte lo soy en el suyo.

El destino es curioso, y los caminos de Dios misteriosos.

Identidad

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Enamoramientos unilaterales y monógamos.
Ilusión, un truco nada por aquí, nada por allá, el espejismo en el desierto para el que se muere de sed, todo en un teatro vacío.
Corazones estrujados, son el pavimento de nuestras calles.
Obra de sombras y música que en nada se asemeja a la de Tailandia. Demasiada Disneylandia, demasiado aislamiento de la realidad.
Enamoramiento del avestruz que tiene la cabeza cadavéricamente blanca de tanto conservarla bajo tierra.
Y creí que eso es amor…
Ideales inalcanzables que revolotean entre el Olimpo y las más melosas comedias de Hollywood.
Werther se cortó las venas con las páginas de una novela rosa.
El primer choque con la realidad fueron unos senos bien formados en una película y una revista guarra titulada “La noche de bodas”, vil pornografía de secundaria.
En el lugar de donde vengo no hay suficientes escuelas y sólo hay como tres maestros… con vocación.

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Es sólo una fase

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Es tan solo otro arranque de palabras, salido de mi ronco pecho y corazón maltrecho.

Un arranque arrancado del alma, sin calma, pero con una estructura fracturada más o menos correcta, no recta, aunque carente de ideas.

En la aparente indolencia, sin dolo, confieso que muchas cosas aún me duelen e importan, sin salir de fronteras nacionales o extranjeras.

Me sigo preguntando ¿qué es lo que era tan especial?

Muchos libros, películas y conversaciones interesantes. Mucha religión en el camino, que ahora me importa un comino.

Honestamente no sé por qué tantos recovecos, para al final no encontrar ni un sentido, más que el sentido pésame.

Aún admiro la belleza, pero eso no me llena, ni yo a ella; la verdad nada parece ir más lleno que las ballenas; al menos sólo nominalmente, normalmente.

Ojalá no se dé el caso, después del final, de tener que empezar otra vez, de…

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Reincidencias (la importancia del punto final)

Sueños, tú en el rol principal. Aunque como en la vigilia, allí también pareces creer que es tu película.

En mis sueños y memorias eres siempre hermosa, pero nunca tanto como en la realidad.

Tiempos, esos momentos que parecían sólidos monumentos, esas promesas que presumían de ser indestructibles. Hoy son olvidos ficticios, que forman parte de nuestro presente, de manera no consciente.

Los tiempos pasados contigo son fantasmas permanentes en mí, habitantes de una casa desolada.

Estar contigo sigue siendo un placer que llena el alma, reencontrarte es un gozo que no tiene comparación. Pero, como siempre, tu ausencia me arrastra de nuevo hacia el vacío maldito, difícil de sobrellevar. Me dejas ese sabor de cobre en la boca que tiene la necesidad. Aprendí a seguir sin ti, sólo que al verte otra vez vuelvo a tropezar.

No fuiste la primera, quizá no serás la última, pero sigues siendo la única que no deja de doler.

Ya no funcionan como antes la pluma de Dumbo, la botella de alcohol, la película de cineteca, la vieja canción. Ni las charlas de café, las amistades de relleno, la codependencia no aceptada, la independencia esclavizada, la falsa emancipación.

La cuenca de un tuerto impacta más que el ojo de un ciego, por el vacío, pues un hueco es lo peor. Los muertos enterradores de muertos no se la pasan muy bien. Fosas y agujeros por doquier.

Después de los reencuentros me dejas como el hombre lobo amansado en la perrera, llorando amargamente por la luna que no es llena, como Adán sin Eva, sin costilla y hambriento en la selva.

Por eso dicen que no es bueno mirar hacia atrás, y siempre es necesario un verdadero punto final.

uUUUuuuuUUUUUuuuuuUUUUuuuUUU (Blues de la ambulancia)

Hermosos fracasos - Mobtomas

La sirena a mucha velocidad.
No importa que te tapes los oídos con cera, aunque no tengas eso jamás te seducirá.
Llora más fuerte cuando entra de repente al embotellamiento de hora pico. Pico de ave de mal agüero.
El enfermo dentro de la ambulancia con la ruidosa sirena, nada serena, respira cada vez menos.
Los paramédicos preocupados.
Más rápido que la ambulancia anda una tortuga con las patas amputadas.
¡Puta madre!, dice quien conduce el vehículo de emergencias.
Los conductores de los demás autos se estresan cada vez más, al ver que la ambulancia no tiene por donde pasar.
Sirena a todo pulmón canta su jodida canción.
Los conductores se preocupan porque no saben hacia dónde moverse, sin pensar que no hay espacios vacíos para dónde hacerse.
Las ventas de autos este año se han incrementado, las facilidades para hacerse de uno son más sencillas que la ninfómana sin moral…

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Los amantes equivocados

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Ella era el horario de oficina, él era la eternidad. A pesar de sus purezas cristalinas, no tenían nada de que hablar.

Ella siempre tenía prisa, él nunca iba a ningún lado. No me preguntes cómo ni cuándo, pero sé que terminaron juntos.

Ella soñaba contando, él contaba sus sueños.  Como siempre, la rutina terminó haciendo trizas el velo del misterio.

Ella ganaba mucho dinero, él gastaba más de la cuenta. Para ejercer presión sobre él, ella lo obligó a pagar la renta.

Ella trataba de cuidar su cuerpo, él empezó a perder el sentido.

Ella se fue con alguien con un futuro sólido, él se quedó durmiendo muy solo.

Ahora sabemos que el amor engaña, y nos hace alabar cosas extrañas. Poco es claro cuando estamos enamorados, y a veces es muy tarde cuando queremos rectificarlo.

Ella murió de úlcera y de cáncer, él murió de frío y de…

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Algún día…

Creyéndose soldados de acero, sin ser más que figuras de pajilla pintadas de plata, van por el mundo conquistando efímeros tesoros de inmundicia. Aunque probablemente existe Dios, todo es tan grotesco, ellos se sienten divinos, mientras niegan sus propios demonios. El poder y el dinero han cegado sus ojos, sus sentidos sólo desean el frío contacto del oro. El que a hierro mata, tarde o temprano es muerto por el hierro, y al que más tiene supuestamente más se le exigirá. Ojalá sea esto cierto.

Sus ropas elegantes, sus sonrisas de comercial y sus discursos bajo reflectores no pueden ocultar completamente lo que sucede en derredor. ¿En verdad piensan que el hambriento morirá satisfecho con sus boletos de circo? ¿Creen que el oprimido es feliz cuando carece de un techo? La violencia es lo peor, en vez de solucionar termina desangrando, pero ¿cómo convencer de eso al que esté sediento de venganza? El tiempo suele hacernos olvidar pero difícilmente perdonamos; el hombre es un ser que tiende a repetir su historia, cree que el presente es único y es víctima de sus modas.

El rumbo está marcado de antemano, mientras el mundo gira y sigue girando. Quien está en el centro terminará afuera y el que está abajo, mañana estará en la cima. Pero en algún momento se invertirán los papeles de nuevo. No te dejes engañar por las tendencias, todo ha sido y será siempre lo mismo. Nadie quiere escuchar y nadie nunca ha escuchado. El futuro ha estado siempre escrito en nuestro propio pasado. Y ellos siguen desfilando en su escenario de oropel, que lo aprovechen y disfruten mientras tanto, porque algún día, algún día…

(Enero 1998)