En el gran parque, pulmón verde rodeado por la gris ciudad, en ese parque todo bien cuidado, con sus altos árboles frondosos y diversos senderos para caminar, donde los citadinos se ejercitan, tratando de vencer en las luchas diarias contra el reloj.
En ese parque respetado, con aves cantando como si fueran su propia banda sonora, existe un caminito a lo largo del cual hay bonitos faroles, y que pasa cerca de la parte trasera de un foro done los domingos una orquesta sinfónica revive las imaginaciones de los compositores clásicos.
En ese lugar, detras del foro, cerca del caminito, hay una negra entrada a un sitio oscuro, que aunque tiene una puerta, esta permanece siempre abierta, por lo que si pasas por allí verás el rectángulo tenebroso que conduce a un lugar tan oscuro como la política.
Del interior solamente se distingue la penumbra y un pequeño foco incandescente, de los viejos, siempre encendido, pero con una luminosidad tan baja que nada aporta realmente para despejar la oscuridad de ese interior casi infernal.
Supongo que debe ser el cuarto de algún empleado de mantenimiento, donde suele guardar sus herramientas para tener bien cuidado el foro o su parte del parque, puede quizás que sea el lugar de encuentro de empleados retozones, sin ambargo no deja de ser algo espeluznante un espacio tan oscuro en medio de tanto esplendor natural. Nunca me he asomado, no por miedo, o quizá sí. Supongo que no lo hago nomás por preservar el misterio.
¿Qué tal si al asomarme veo sólo cuatro paredes mal pintadas? ¿O qué tal si las cuatro paredes están decoradas con carteles o fotos amarillentas, ya sea de chicas desnudas presumiendo un pasado que hoy ha deshecho con rabia la gravedad, ya sea de deportistas de actualidad o quizá de Maradona o de Julio César Chávez? ¿Qué tal si solo hay un catre en donde duerme un viejo empleado, esperando a que le asignen algún trabajo?
Ese lugar puede ser amenazante para cualquier madre y servirle para ejemplificar a sus hijos los lugares a los que por nada del mundo deben acercarse. Esa preocupada mamá, supongo que creerá que si se asoma al interior del cuarto descubrirá diversas bragas deshilachadas por el suelo o sostenes arranados desesperadamente con los dientes. Igual nomás hay tres condones usados haciendo que el piso luzca desaseado.
No lo sé, en verdad prefiero no asomarme, y así dejar que la imaginación vuele o preservar el secreto de esa oscuridad.