Como en una isla desierta
nada más y nadie más
las necesidades básicas
en todo
Ni siquiera se gustaron
se atrajeron por un magnetismo sin razón
estaban sólo ellos
como dos sombras encerradas en un cajón
El acercamiento fue paulatino
a cuenta gotas
hasta que se perdió la cuenta
y se perdió la poca distancia
Acercamiento intenso de zoom extremo
embriagados como sólo los humanos
básicos como cualquier otro animal
La aventura se volvió rutina
algo así como necesidad
y se fue desgastando con el abuso
Paso de los días y regreso de la distancia
la frialdad que hay en los polos de la indiferencia
hasta que se llegaron a preguntar
qué se vieron mutuamente
para caer en esa situación
Pan para el hambriento
Manantial en el Sáhara
Sólo actuaron como náufragos en cualquier isla desierta
Mes: abril 2021
Noticia
Inocencia
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Satanás no existe, únicamente personifica el mal insondable
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Rabia colectiva
Todo mundo opina
Todos condenan desde donde se encuentran:
el escritorio, la sala, la cama, la oficina, el auto, el WC…
Pegados a sus pantallas
Exigen
Claman
Reclaman
Condenan
Demandan justicia
Así buscan, sin moverse ni un milímetro de su grave centro de gravedad
La policía promete
Se indigna hasta el presidente
No habrá resultados
El caso quedará en un limbo
Y súbitamente, olvido
Al día siguiente ya nadie recuerda nada de esa nota
Una nueva noticia ocupa la atención
Una nueva noticia que genera una nueva indignación
Lo nuevo siempre desplaza a lo viejo
Hoy los únicos que recuerdan ese ayer son los familiares de la víctima del pasado.
Escuchar
«Es una vil pérdida de dinero eso de venir al psicólogo. Un sinsentido. El tipo no dice nada, sólo escucha, se limita a escuchar, no me dice si voy bien o mal, no dice nada. Sólo escucha. No he visto ningún beneficio o ganancia en todo este año de consultas con él. Un maldito desperdicio», dije segundos después de abordar el taxi, como pensando en voz alta, sin intención de comenzar una conversación con un total desconocido. Quizás mi intención fue también romper el silencio de algún modo.
El conductor me miró un instante por el retrovisor del que colgaba una bailarina hawaiana de plástico de unos 10 centímetros de largo y dijo:
«Hmmm, es que no puede intervenir. Es decir, su trabajo me parece que es escuchar, ayudar escuchando, ¿sabe? No da soluciones porque no es un gurú, de hecho no existen los gurús. Yo nunca he ido con un psicólogo, trato de arreglarme yo solo. Quizás ir con ellos requiere de fe, como con un maestro gurú o un sacerdote. Quitando lo místico, deben tener esa función en común, la de escuchar. Algunos individuos detrás de la barra de un bar también, aunque estos la tienen peor, los otros oyen las peroratas de gente sobria. Bueno, los taxistas a veces tenemos de ambos clientes, ¿sabe?, sobrios y borrachos, y escuchamos.
«El punto es que, cuando buscamos respuestas caemos en el error de querer que alguien nos las dé. Que arregle nuestros problemas o incluso nuestra vida. Y no, en absoluto la vida funciona así. Uno debe encontrar las propias respuestas. Mire, cuando uno habla, se confiesa o va al psicólogo, lo que hace es narrar los propios problemas, ¿no?, al narrarlos, por el hecho de estructurar los pensamientos para que alguien más los entienda, uno los estructura como una narración coherente, se vuelve uno un narrados, como un cineasta de palabras y proyecta la película del hecho. Pero justo al estructurar esas ideas revueltas dentro de nuestra cabeza, nos convertimos en narrado y escucha a la vez, somos espectadores también de nuestra propia historia, y eso es lo que nos puede curar.
«¿No se ha fijado que las amistades que consideramos más sabias o que sentimos que nos dan los mejores consejos son las que más escuchan? En realidad las más de las veces sólo escuchan y dan una opinión, que generalmente no escuchamos o no nos importa, pero creemos que nos han dado la solución. Y es que en realidad a la solución llegamos nosotros, por el hecho de habernos escuchado al narrar nuestra historia a alguien. Bueno ese creo que es el proceso sano.
«Mucha gente hace lo contrario. Expone sus problemas, pero no se escucha, porque lo hace para escuchar la fórmula, la solución, el consejo o el dogma de la otra persona, llámese gurú, psicólogo, padre, madre, barman, amigo, amiga, usted llene el espacio en blanco con quien sea. Gente incapaz, o que se cree incapaz de llegar a sus propias soluciones. Son como críos, como becerros pidiendo leche. No importa su edad. Mire, es que hay gente que no crece, es decir pueden medir 1.80 metros, 1.90 metros, pero no crecen como personas, a eso me refiero. Ojalá fuera su decisión vivir en esa Tierra de Nunca Jamás con Peter Pan y los Niños Perdidos, pero no son felices, porque ni son niños, ni son adultos, están como en un limbo de la personalidad. Y allí no hay baile caribeño, ¿eh?
«Creo que en la Biblia se dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver, debe ser en la Biblia, ahí se dicen muchas cosas interesantes y sin temporalidad, no es que crea en ese Dios, tampoco puedo decir que no creo en Él, pero la Biblia, independientemente de la religión es un gran libro, mucha filosofía, y hasta erotismo. La gente no me cree cuando digo esto del erotismo en la Biblia, lea el Cantar de los cantares y verá si no. Igual Anaís Nin lo leyó y eso la inspiró a escribir sus poesías, quizá no, quizá simplemente fueron sus experiencias, pero no lo sé, habría que investigar si Nin dijo algo de la Biblia o si la leyó antes de escribir.
«Respecto a eso de crecer sólo físicamente, hace años conocí a un tipo de unos 40 o 50 años que era un sacerdote frustrado, es decir, se creía eso de la religión al pie de la letra, poca gente es así, la mayoría hoy en día usa la religión como un etiqueta, como membresía de un club social o estatus, cada vez más por los suelos, pero así se usa. El tipo estuvo con el Opus Dei muchos años, pero se quedó como laico, tuvo la honradez de no tomar los hábitos, porque se reconocía muy concupiscente, la lujuria lo dominaba, más caliente que un horno. Pero al tomar eso de la religión al pie de la letra, se había propuesto ser virgen hasta llegar al matrimonio. Y está bien, si eso era lo que pensaba y en lo que creía. No sé exactamente en qué le beneficiaba a su Dios el suplicio carnal del pobre tipo. El punto es que su lujuria lo mantenía alejado de la sociedad, alejado de las tentaciones, ¿sabe? Y así pasaron los años hasta tener la edad en que lo conocí. En ese entonces conoció a una mujer mística, que tenía ideas parecidas a las de él con respecto a Dios, y ella seguía buscando al hombre ideal tras cuatro divorcios. Conoció al tipo y el romance de un tipo maduro con mentalidad de escolar primario la terminó aburriendo. Es muy probable que él siga virgen y ahora tenga 70 años.
«Pero sí, la Biblia dice muchas cosas interesantes. Y también hay gente que busca allí respuestas. Y allí están, pero es como la vida, están allí pero no de manera literal. Lo que se dice allí es para abrir nuestra mente y aprender a solucionar nuestros problemas. Siempre vamos a tener problemas, siempre, por muy abiertos que seamos, pero si nos convencemos que no hay respuestas universales, fórmulas unitalla, estaremos mejor. Lo que hay que hacer es encontrar gente que nos escuche, no que nos intente enseñar, basta con que nos escuchen…»
En ese momento habíamos llegado al destino, no recuerdo haber dicho, a bordo de ese taxi, más que el destino al que iba y los pensamientos sobre el psicólogo. Le pagué al conductor y descendí del vehículo.
El entrar en mi casa volví a pensar que quizás en la sesión del próximo miércoles el psicólogo me daría una guía o una idea al menos de cómo debería solucionar aquello que me llevaba cada semana a su consultorio.
Triunfador
Con la agenda que intenta prevenir tus olvidos en la mano izquierda y el portafolios que lleva como entrañas todos tus importantes documentos de ventas, sales a la calle listo para rogar de puerta en puerta para que te compren una suscripción a la exclusiva revista que representas.
Recuerda: no eres un vendedor, sino un representante ejecutivo; no eres sólo un empleado de la empresa, sino un socio hecho y derecho. Eres, en pocas palabras, un triunfador que sale a las calles para recoger el éxito que está allí, esperándote.
El éxito espera a que una mente brillante, como la tuya, se apropie de él… Como a las 3 de la tarde recordarás esa conferencia motivadora que te dieron a las 7 de la mañana, donde te vomitaron todas esas patrañas y pensarás que hace falta más que palabras elocuentes para alimentarte.
Pero no lo olvides, la ilusión renace con cada nuevo amanecer y se reforzará a las 7 de la siguiente mañana con otro discurso de tu supervisor. La historia es un aro hecho de acontecimientos.
Ocaso personal
Ahora que he dejado de hacer el pugilismo de sombra contra la noción de que el caos es el corazón de la naturaleza, mi mente ha virado hacia la idea de que el orden es una invención de dulce sabor impuesta por los que se embriagan con poder y control.
Ahora que comprendo la diferencia entre valor y precio, entre moneda y dinero, reconozco que el bienestar es algo que no se debe comerciar y que los indicadores económicos son patrañas que suenan a canto de sirenas o a sirena de ambulancia por igual.
Ahora sé que la gravedad de la Tierra afecta a la justa balanza, y por eso la verdad que expresamos suele pesar lo mismo que la mentira, que por eso es mejor reír por cualquier cosa que tomarse todo en serio, y así los sueños serán cada vez menos pesadillas.
Ahora entiendo que nuestros tiempos no son mejores ni peores que los ayeres y los mañanas, que todo ha sido, y será, siempre igual, pero en escenarios de distintos colores y con telones a veces más estilizados, a veces simplemente desgarrados.
Ahora deben haber por ahí chicos iguales a mí cuando era joven. Probablemente tengan esperanzas e ilusiones similares a las que tuve y crean que las cosas se pueden cambiar. Quizás cuando acumulen tantos días como los míos actualmente, coincidan de nuevo conmigo.
Descubrir todo esto probablemente sea síntoma de ocaso personal.