Corderitos

Los continuos terremotos siguen derribando valores falsos e ídolos de barro
Los políticos retiraron ya sus máscaras, pues no tienen necesidad de fingir más.
El espítitu no está ya ni siquiera en el vino.
Trino era el amor que ya ni siquiera pía.
La salida del laberinto es una puerta tapiada.
María Candelaria no hizo nada malo,
Lorenzo Rafael echa chispas en su chinampa.
Esas masas de las que habló Ortega y Gasset,
siempre enajenadas, hoy lo están hasta la médula.
La prima nocta era obligatoria, pero ahora inmolamos nuestras mentes con voluntad.
¿Y el 5G?, pues como la peste negra, nomás que en onda tecnológica.
Somos corderitos que balamos entonados mientras marchamos hacia el matadero.
Pero no te preocupes, después de todo nada dura para siempre,
ni si quiera el mal ni la estupidez, aunque parezca lo contrario.

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