Querida Scarlett,
Te pido disculpas por ser una mezcla de Ashley y de Rhett es partes desiguales. El cuasimodo que camina derecho y no sabe ni siquiera tocar la puerta. Lamento no haber robado peras de un jardín y que no me haya dejado crucificar a los 33. Hice lo que pude, y si no estuvo bien, lo siento, no pude haberlo hecho de otra manera. Las cosas no se pueden cambiar. Tu lema fue “Así será, proteste quien proteste”, pero yo no tengo un reino ni una reina a la cual despreciar, y mucho menos una Iglesia que fundar. Fuiste la directora y estrella de tu propia película, yo sólo fui el extra que apareció de mesero entregándote la cuenta, y tú ni te percataste. Fui un admirador tuyo que en un sueño loco quiso ser admirado. Perdón por no haber podido resucitar el mar muerto por ti, ni cambiarle el color al mar rojo. Fui el octavo enano de tu cabaña; tu apóstol 13, que hizo mutis por la puerta de servicio, sin haber cenado. Del monte no bajé ni las tablas de multiplicar. Lamento no haber sido el cazador nocturno que en una mano tiene tatuada la palabra “amor” y en la otra “odio”, ese que esperabas que te pusiera en tu lugar con la fuerza que tú siempre dijiste rechazar. Disculpa también por no aceptar tu platónica ilusión, soy de carne y hueso, no un sueño encarnado. Al final me entero de que en nuestra historia no pasó ni el viento. Igual y en el futuro me comprendas completamente, por ahí del 2046. Sólo sé que el amor necesita de mucha coordinación. No basta encontrar a la persona correcta, se requiere también ser el correcto para esa persona; además hay que estar en el momento y en el lugar, oportuno e indicado. Como ves, nada sé. Perdona por el tiempo robado.
Te pido disculpas por ser una mezcla de Ashley y de Rhett es partes desiguales. El cuasimodo que camina derecho y no sabe ni siquiera tocar la puerta. Lamento no haber robado peras de un jardín y que no me haya dejado crucificar a los 33. Hice lo que pude, y si no estuvo bien, lo siento, no pude haberlo hecho de otra manera. Las cosas no se pueden cambiar. Tu lema fue “Así será, proteste quien proteste”, pero yo no tengo un reino ni una reina a la cual despreciar, y mucho menos una Iglesia que fundar. Fuiste la directora y estrella de tu propia película, yo sólo fui el extra que apareció de mesero entregándote la cuenta, y tú ni te percataste. Fui un admirador tuyo que en un sueño loco quiso ser admirado. Perdón por no haber podido resucitar el mar muerto por ti, ni cambiarle el color al mar rojo. Fui el octavo enano de tu cabaña; tu apóstol 13, que hizo mutis por la puerta de servicio, sin haber cenado. Del monte no bajé ni las tablas de multiplicar. Lamento no haber sido el cazador nocturno que en una mano tiene tatuada la palabra “amor” y en la otra “odio”, ese que esperabas que te pusiera en tu lugar con la fuerza que tú siempre dijiste rechazar. Disculpa también por no aceptar tu platónica ilusión, soy de carne y hueso, no un sueño encarnado. Al final me entero de que en nuestra historia no pasó ni el viento. Igual y en el futuro me comprendas completamente, por ahí del 2046. Sólo sé que el amor necesita de mucha coordinación. No basta encontrar a la persona correcta, se requiere también ser el correcto para esa persona; además hay que estar en el momento y en el lugar, oportuno e indicado. Como ves, nada sé. Perdona por el tiempo robado.
Atentamente,
Wilkes Buttler
Hermosos fracasos - Mobtomas 
antes de nada, muchas gracias por dejarme tu comentario.
una pelicula empezada.. me hizo sonreir. las palabras pueden decir mil cosas. Me alegro de a ti te dijeran algo.
Por cierto, me gusto mucho la carta a Scarlett..
Volvere a pasearme 🙂
Me gustaMe gusta
Carta sencilla en la que algo se me ocurrió, cine y libros, personajes y lo que el viento se llevó, que ni se lo llevó, pues nos lo ha dejado, y bien, durante tantos años. Saludos.
Me gustaMe gusta
Bloguero divagador, ¿las Scarlett del mundo quieren que les bajen la luna de un firmamento colosal?. La mía solo quiere poder amar, como cualquier hijo de vecino.
Eso de que siempre en todo lo que hacemos proyectamos me tiene algo desconcertada y Cole Porter también.
Me gustaMe gusta
Scarlett no sabe que es amada, sino hasta el momento en que dejan de amarla, pero no importa, pues «mañana será otro día». El amor es desconcertante.
Me gustaMe gusta
Te lo he dicho y es necesario repetirlo. Sos una máquina de frases memorables.
Me gustaMe gusta
Ah mi buen Gon… eso parece por que las desmemorables no las hago públicas en este medio. Gracias y un abrazo.
Me gustaMe gusta
Perfecto.
Me gustaMe gusta
Sólo una carta apasionada que refleja algo de mis pasiones (literariocinematográficas)… Muchas gracias por la amistad. Un abrazo fuerte María Helvecia.
Me gustaMe gusta
Scarlett era fabulosa, y espero que seamos muchas señoritas Escarlata las que circulamos por este mundo. Y que cuando los problemas se nos echen encima tengamos lista la frase ‘ya lo pensare mañ
ana, aunque algún R.Buttler nos diga ‘lo siento querida pero me importa un bledo’.
Me gustaMe gusta
Todos somos buenos y malos a la vez… me gusta Scarlett y su desafío, aunque a veces creo que se pasó un poco en ocasiones. Lo que sí quiero aprenderle es el «mañana será otro día», en lo que trato de practicar el «querida me importa un bledo». Todo es relativo. Esto no lo dijo Einstein, que se limitó al tiempo. Saludos.
Me gustaMe gusta