Los ojos fijos en el lado equivocado, deseando lo que NO se puede tener, y teniendo sólo para llenar el vacío. Cometiendo injusticias, alimentando ilusiones mal acuñadas; sólo para mantener el ego ocupado. Pagando las culpas al mismo tiempo que las cometemos, comiendo corazones que no nos importan para tratar de alcanzar los que nos son negados. Escalones palpitantes que de manera innoble pisamos. Ignoro si con el tiempo todo esto disminuirá o si tendrá fin; mientras tanto nos comunicamos con nuestros propios ecos, añorando lo que no nos pertenecerá. Esperamos mientras hacemos que alguien más pierda la esperanza. La edad en sí misma no da sabiduría y por lo general nos hace más idiotas. La universidad de la vida se paga lamentablemente con experiencias dolorosas y, peor aún, ahí no se tienen vacaciones. Ensueños de castillos con torres de marfil, finales rosas y protagonistas ideales; sueños que al despertar con el frío balde de la realidad se convierten en amarguras. El viento viene y va, los años se quedan, la arena se acaba y pronto seremos Tierra. Tiempo hay para recapacitar, pero a nadie parece servirle la razón cuando el corazón se ata a un capricho. Quizá el desperdicio es el verdadero motor de nuestras vidas y de nuevo en el mismo punto del círculo.
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Otras cosas anteriores (de otros sabores)
La cadena del sofista https://mobtomas.wordpress.com/2008/05/31/la-cadena-del-sofista/
espero no perder el vuelo, o el equilibrio.
entre tantas vueltas he soñado con subirme justamente a cierto carrusel con esa idea a capricho de que esa vez que lo decida es porque ya no tendré dudas
esta vez espero que alguien esté aguardando mi llegada para sentarme a su lado
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Bueno…muchas verdades en pocas lineas.
Pero siempre hay el otro lado de la historia, y existen carruseles que no le dan la vuelta una y otra vez al absurdo.
En la universidad de la vida, ciertamente, no existen las vacaciones. Tampoco se repite el mismo curso, así seamos los peores alumnos.
Pero siempre hay chance de bajarse de un carrusel, y montarse en otro…mientras estemos matriculados.
Pero efectivamente, hay que saber desatarse de los caprichos que nos nos quieren, y buscar nuevas ferias, nuevos carruseles…
Abrazotes
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Por suerte no todos somos asi y la vida y la experiencia te puede enriquecer y hacer más sabio, pero para eso hay que tener cierta grandeza de espíritu.Besos tía Elsa.
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Un circulo vicioso, caprichos llenando inmensos vacios que nunca se sacian, que nos llevan a a un desproposito, a un mal vivir, que nos hace ser exclavos, y que llegado el momento nos daremos cuenta de que seguimos vacios. Tenemos el espiritú pobre, casi inexistente.
El alma, al igual que los sentimientos, no tienen precio.
Me ha gustado leerte, volvere
Cordiales saludos
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